La voluble humanidad está siempre en guerra con sus propios prejuicios y metas inconsistentes. Huele a hipocresía y no podemos simpatizar. Puedes creerlo tu mismo o incluso convencer a otros, pero no a nosotros.
Tu percepcion...nada que decir al respecto. Tus opiniónes como las olas en la piedra; se rompen frente a nosotros. Si te derrites al sol o te lanzas contra las rocas nos dá igual. Nuestra prosperidad, felicidad o estado de ánimo no se puede medir con tus relojes. La arrogancia fuera de lugar y las falsas proyecciones de conquista que te acompañan no nos conciernen.
Quizás dentro de años podamos erosionarnos y convertirnos en arenas que se esparcirán por los mares o es posible que en algún momento futuro seamos reformados nuevamente en un nuevo organismo. Una vez más, seremos indiferentes. Mientras los mares sigan rugiendo, estarémos ahi. Seguiremos existiremos más allá de tus concepciones humanas de continuidad.
No tenemos opiniones o simpatías sobre tendencias. La banalidad de las métricas no es nuestro problema. Si buscas algo que derrotar. No tenemos nada que demostrar. Sólo interactuamos cuando estamos con nuestros iguales. Nuestra falta de benevolencia no es intencional, sólo incidental.